Hoy se cumplen 13 años del asesinado del fotógrafo José Luis Cabezas.
En 2004, cuando estaba trabajando en Berlín para Transparencia Internacional, tuve que ir a Burkina Faso a participar de un taller de periodistas de investigación. Las impresiones de Ouagadougou quedarán para otro post, pero recuerdo muy bien estar en la Asociación de Periodistas de la Ciudad y que me contaran el caso del periodista de investigación Norbert Zongo asesinado y quemado dentro de su vehículo junto con miembros de su familia en 1998 por investigar asuntos públicos. Una de las formas de llamar la atención a las autoridades sobre este atentando fue publicar en unos enormes carteles las imágenes del cuerpo calcinado del periodista, que tenían colgados en las paredes de la asociación. Boquiabierta ante semejante shock visual (sumado a los otros que ya venía teniendo sobre mis diferentes sentidos) murmuré algo como “Cabezas” y empecé a relatar la historia de José Luis hasta que uno de los periodistas que estaba allí me dijo “yo sé” (en francés, claro). Conocían la historia de José Luis Cabezas en un lugar tal lejano (no sólo en kms) a la Argentina. Qué triste la fama de la impunidad.
Hoy, fotógrafos y periodistas le rendirán homenaje en Pinamar, ciudad donde Cabezas apareció calcinado, y en diferentes lugares del país.
Y pueden leer el comunicado del Sindicato de Prensa de Rosario y el del Foro de Periodismo Argentino.
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